El Museo Taurino se sitúa dentro del edificio protegido de la Plaza de Toros de las Ventas catalogado como BIC por la CAM y como Monumento por el Ayuntamiento de Madrid. Al quedar libre la antigua vivienda del conserje de la Plaza de Toros se decide anexionar este espacio colindante al Museo en plantas baja y primera para su ampliación, y dotarlo con esta nueva intervención de un nuevo núcleo de comunicaciones que permita el acceso del público desde el exterior de la Plaza, ya que sólo era posible desde el interior del actual Patio de Caballos. El nuevo núcleo de comunicaciones permite la accesibilidad universal y que el horario del museo se pueda desvincular del horario de la plaza de toros ya que pueden así funcionar de forma independiente.

Se amplía la zona expositiva del museo con el criterio de la continuidad con el espacio expositivo existente, funcionalidad y de razonable presupuesto económico. Se busca una integración con el edificio protegido y que los huecos respeten la configuración original sin alteraciones, recuperando las configuraciones originales del interior del Patio. El nuevo acceso al exterior a proyectar se realiza dentro del orden constructivo exterior y del lenguaje formal de puertas de chapa de acero pintado. Se proyecta un pavimento cerámico en los accesos de planta baja en continuidad con la propuesta de remodelación del Patio de Caballos.

El recorrido parte de la planta baja desde el mueble de recepción tras el cual se sitúa el núcleo de comunicaciones, acompañando al visitante por la escalera proyectada como un gran mueble contenedor expositivo que albergaría piezas escultóricas.