Un parque urbano encima de un aparcamiento municipal.

El solar del parque Virgen del Pilar presenta un fuerte desnivel entre los dos puntos de su diagonal de aproximadamente cinco metros y medio, desnivel que decidimos aprovechar para no enterrar el aparcamiento que se constituye en una sola planta, reduciendo así, la cantidad de escombros y residuos a eliminar en la intervención. Respetamos el arbolado existente con especial cuidado en aquellas especies que, por su porte y condición, no se pueden trasplantar. Entendemos que la zona de aparcamiento que se necesita debe tener un carácter urbano, abierto y en continuidad con la vía pública, convirtiéndose en una prolongación de ésta, evitando fondos de saco y considerando que un aparcamiento debe ser un espacio abierto, ventilado, agradable y sobre todo de fácil acceso.

La modernidad ha separado al hombre de su cultura ambiental, es por tanto preciso volver a realizar esa unión entre el hombre y su entorno, las relaciones sociales se deshacen cuando el entorno no genera sinergias. En la ciudad moderna la calle se ha vuelto un lugar desagradable por los ruidos y humos, un lugar donde solo se puede transitar deprisa, la ciudad se ha deshumanizado por la pérdida de vida vecinal y la calle se ha vuelto un entorno hostil para los niños, por tanto se busca un sistema que proporcione:

Limitar la extensión del espacio público del parque frente al del tráfico rodado para evitar invasiones, accesibilidad en cuanto a facilidad de movimiento, autonomía para satisfacer las necesidades de actividad y relación social siendo autosuficiente energéticamente sin dependencias; sociabilidad, la importancia del espacio como escenario activo de las relaciones sociales; habitabilidad, un espacio saludable, seguro y agradable para el desarrollo de la vida; espacio equitativo para una sociedad igualitaria sin desequilibrios entre ciudadanos.